domingo, 4 de octubre de 2009

Capítulo III: Un poco de naturaleza


Todo empieza en un hostal de Chiang Mai a las nueve de la mañana. Lukas (Austria), Martín (Argentina) y yo apuramos nuestros desayunos, y un pequeño camión aparca enfrente con varios mochileros subidos en la parte de atrás como si fuesen soldados. Tardamos una hora en alcanzar la montaña, y nos preparamos para la primera fase: "bamboo rafting". La verdad es que todo suena muy turístico: hostales que organizan excursiones, guías que te recogen en la puerta... Pero el aburrimiento desaparece en la orilla del río, donde una sencillísima plataforma hecha con unos cuantos bambús espera meciéndose suavemente. Los tres subimos en la primera y arrancamos río abajo capitaneados por un tailandés cubierto de tatuajes que aúlla mientras cogemos velocidad; varios elefantes pacen en los prados, los monos se descuelgan por los árboles. Todo es sol, oxígeno, vegetación y agua, y nos tenemos que agarrar a la barca para no salir despedidos en cada catarata. Lukas cae hacia un lado y mete todo su cuerpo en el agua salvo los brazos; Martín tira de él con una enorme sonrisa en la cara. Tres barcas iguales nos siguen a varios metros con el resto de los mochileros y se desencadena una competición, donde los tailandeses blanden sus lanzas de bambú para voltear a los rivales. Después de un tramo especialmente rápido, aparcamos las naves en una playita y los capitanes nos muestran un peñasco de cinco metros desde donde nos lanzamos al agua bajo los árboles y un sol implacable.


Cuando volvemos al coche, una hora después, estamos nuevos.

Llegamos a un pueblecito de quince o veinte casas para tomar un cuenco de arroz con verduras. Los lugareños cortan bambú y las gallinas picotean libres en los caminos. Los mochileros compartimos planes y experiencias: hay una pareja inglesa, otra eslovena, otra polaca, nosotros tres y un enorme mastodonte de cientocincuenta kilos llamado Liubomir, también polaco. Todos lo habíamos comentado en voz baja: "¿Has visto a ese tío?". El esloveno le saca información: Liubomir, Liubo para los amigos, compite desde hace años para ser el hombre más fuerte del mundo; es capaz de levantar quinientos kilos y aguantarlos durante veinte segundos, y también puede arrastrar un avión durante varios metros. Su cuello es el de un toro y sus piernas parecen los pilares de un palacio. Tiene la cabeza afeitada y habla inglés mal y a borbotones, como Tarzán. Parece pertenecer a una vieja estirpe de guerreros eslavos, preparados para vencer ejércitos enteros con la ayuda de un escudo y un enorme hacha. Probablemente nació en el momento equivocado; su lugar estaba en los campos de batalla de la Edad de Bronce.
Ya es hora de ajustar las mochilas y partir hacia el corazón de la jungla; atravesamos extensos arrozales, cruzamos un río y emprendemos la marcha por senderos de barro naranja, sorteando matorrales y descansando de vez en cuando junto a estanques naturales de agua transparente.

El premio llega cerca del atardecer: tras mucho caminar y patinar un par de veces, encontramos un pequeño valle con un lago y una enorme catarata; al lado hay un par de cabañas de madera. Se oyen gritos de júbilo y mochilas cayendo, Liubo alza los brazos con aire triunfal. El agua cae con tanta fuerza que resulta difícil resisitir la presión, pero la temperatura es perfecta. Los guías ponen a hervir agua para el arroz mientras venden tabaco local envuelto en hojas de periódico. Enseguida llega la noche y no queda nada salvo la luna y algunas velas. Camiseta limpia, chanclas, y a cenar. De postre, una ronda de cachimba y unas cuantas historias internacionales. Liubomir es amigable y hablador; asegura que es muy famoso en Polonia. Pai, el guía, revela algunas anécdotas sobre los bandidos que se agazapan en los pasos fronterizos que conectan con Myanmar. Poco después nos acomodamos en una cabaña espartana con unas cuantas mantas y mosquiteras. La oscuridad es absoluta; sólo se oye el ruido de la catarata. Dormimos unas diez horas.



Cuando nos levantamos nos espera café negro, tostadas ilimitadas, mermelada de fresa y cuencos con sandía y piña recien cortada. Hay que acumular fuerzas para volver a cruzar la montaña y completar la última parte: subir en elefante. Sobre ellos hacemos una ruta de montaña tan peliaguda como la anterior, llena de cuestas y charcos; pero no hay problema: ellos avanzan silenciosos con paso muy firme, clavando sus enormes patas en la naturaleza. Son todo confianza.

9 comentarios:

  1. Primero: ¿de dónde sacas conexión para seguir escribiendo el blog?
    De todas maneras, que pasada de viaje. Rios, selvas, salteadores (aunque en historias), gigantes y barcos... solo falta la doncella y un buen sable para que sea la epopeya asiatica! Espero que te quede tiempo para grabar! Geniales aventuras, sigue escribiendo que seguiremos atentos a los avances.

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  2. Estoy con JJ, el viaje pinta cada vez mejor

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  3. Argemino, el blog gana enteros con cada entrada y tú como escritor. No te digo ánimo porque veo que no te faltan y más de uno de nosotros desearía seguirte los pasos en este momento. Buen tiempo y paso firme.

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  4. Que pasa Argi máquina, ya se te veia que en dos dias pasarias desapercibido totalmente en cualquier parte del mundo como el Dr.Marcus Brody(el de Indiana Jones,jeje es coña).Tus historias son la leche y me estoy enganchando a leer tus relatos.Animo y mucha fuerza a nuestro representante en el cono sur.Por cierto, soy Dani (Bondi)

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  5. coño archi que tienes a media españa enganchada a tu blog.... y yo sin saberlo y temiendo que te hubiera pasado algo con tanto tifón, terremoto y maremoto. Pero está visto, eres de otra pasta. Como diríamos na Galiza: a terra nova, avante toda!!!! pues eso, que no desfallezcas y graba mucho. Unha aperta moi forte de xandre

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  6. dios!! llevo toda la vida fantaseando con hacer un viaje a lomos de un elefante!! tío. enhorabuena. me encanta este sainete que mantienes desde la distancia. lo dicho, aférrate al la confianza plena que te da el paquidermo...

    me beberé una caña en Lavapies a tu salud ok?

    abrazo

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  7. ARCHI!!! VAYA PASADA DE AVENTURA QUE ESTAS VIVIENDO!! DEBES ESTAR VIENDO SITIOS ESPECTACULARES Y VIVIENDO MUCHISIMAS EXPERIENCIAS!! Q ENVIDIA!! GRACIAS POR MOSTRARNOS ESE RINCON DEL PLANETA CON TUS PALABRAS!! SIGUE ASI! BSSS

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  8. Muchas gracias compañeros!! Valoro mucho cada comentario, de verdad.

    Un abrazo fuerte

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