jueves, 10 de diciembre de 2009

Capítulo XVII: Muerte en Bali


Una vez vi la foto de una especie de toro-dragón de cartón transportado por decenas de asiáticos en un lugar desconocido. Debajo creo que ponía algo de un funeral y de Indonesia. Era una foto colorida y llena de movimiento, dinámica. Muchos meses después, camino por Ubud junto a un ciudadano local que me promete un hotel barato, céntrico y confortable (no mentía). Además me dice que mañana hay un funeral, y al doblar una esquina veo un muñeco estilo las Fallas montado sobre una base de bambú. Parece le mezcla de un toro y un dragón. "Tomorrow, tomorrow".

Efectivamente: es por la mañana, brilla el sol y cientos de balineses visten un sarong sobre las piernas y una cinta en la cabeza; se preparan para despedir al anciano de la foto que pende del muñeco. Pese a tratarse de la muerte, todo Ubud participa de inmensos preparativos alzando la voz y riéndose por las calles; las mujeres reparten sarongs (obligatorios para ver la ceremonia) y los niños se sientan a esperar. Hay también una pagoda falsa de unos cuatro metros, lista para ser transportada tras el toro-dragón.

Los jóvenes agarran los muñecos por su base de bambú y una enorme orquesta toca todo tipo de tambores, bailando y girando sobre sí misma y alrededor de los títeres. Las familias se asoman a las ventanas; los niños y los turistas observan boquiabiertos. Varios hombres con mangueras riegan sin piedad a la multitud eufórica que avanza por las calles hacia el cementerio, situado en una pequeña colina.

Allí llegamos, los muñecos se dejan entre varias tumbas y tres hombres maduros con visible autoridad sierran el lomo del toro-dragón y meten el cadáver en el interior; luego lo cubren de complicadas ofrendas hechas con flores, galletas, dinero y arroz, lo rocían todo con agua (bendita, imagino), luego con gasolina, toman medidas de precaución y le plantan fuego. El cuerpo del anciano arde ante la muchedumbre que se pasea de un lado a otro con curiosidad. Hay agua gratis para los asistentes. El conjunto se parece más a los carnavales de Cádiz que a un funeral cristiano.


Se supone que la cremación libera el alma de su envase muerto posibilitando la reencarnación (probablemente en otro miembro de la misma familia); es la forma de celebrar el ciclo de la vida. Sin duda era un hombre importante, de una casta prominente (cuando muere algún miembro de la familia real balinesa se queman muñecos gigantescos).

¿Y por qué pasa esto en Bali y no en Java o Sumatra? Porque Bali es el lugar donde hace medio milenio se refugiaron los restos del imperio Majapahit, víctima de querellas internas y arrinconado por la expansión islámica. Es el enclave hindú de Indonesia (readaptado, sincrético, particular), "la isla de los dioses", un sitio repleto de tradiciones, templos, arte... Y cada vez más turistas. Ubud se mantiene más o menos, y el norte de la isla sigue tranquilo, pero desde el sur llegan riadas de australianos e ingleses sedientos de olas y cerveza barata. Kuta, por ejemplo, ha sido conquistada por las tiendas de surf, los tatuajes y las agencias de viajes. No puedes dar un paso sin que te ofrezcan de todo y, por la noche, los gritos alcoholizadas reverberan por la ciudad, comercial, apretada, colonizada.

Pero no pasa nada: Indonesia consta de diecisiete mil islas donde viven doscientos cincuenta y cinco millones de personas que practican varias religiones y hablan unas seiscientas lenguas. ¿Alguien da más?

2 comentarios:

  1. de verdad Archi. viajar es una adicción. tu blog es mi metadona.

    Emilio

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  2. hola tiogrande¡¡ Ayer estuve con Gonzalo y compañía por Malasaña, bebiendo cerveza, escuchando heavy y acordándonos muchisisisisimo de ti,ARCH; todos llegamos a la conclusión de que nos alegramos por ti mogollón, que te mereces esta experiencia y disfrutamos contigo de cada nuevo descubrimiento, alabamos tus palabras precisas y amenas, sufrimos con tus percances, y somos adictos a tu blog...pero sobre todo, te echamos mucho de menos; tenemos ganas mil de que nos cuentes tus mil anécdotas, que eludes en los capítulos, con tu voz pausada y serena, acompañada de tus expresiones geniales. Eres grande Archi. Te esperamos¡¡ Besos¡¡

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