miércoles, 23 de septiembre de 2009

Los preparativos

Llevo la videocámara enfundada a la cintura como si fuese una espada, presto a desenvainarla si es menester. Nada de técnicos, ni pértigas ni asesores; "guerrilla" es el concepto: golpear y retroceder para lograr el mismo resultado que un ejército regular de periodistas; tomar buenas imágenes, obtener testimonios, contar una historia. Estas intenciones de novato pueden quedar en humo, pero aún así valdrá la pena. Aunque me roben la cámara, me arruíne o enferme de malaria, volveré para contar anécdotas de las de "casi me muero" y tendré más mundo en la cabeza.


Otros útiles: tres baterías, un cargador, cable de firewire, un micrófono de cañón, trapo y líquido para limpiar la lente, y muchas cintas mini-DV; el macuto verde oscuro de siempre, una pequeña mochila, una mosquitera, una cuerda, repelente de mosquitos, saco de dormir delgadito, medicamentos contra la diarrea, los dolores y posibles infecciones; pastillas anti-malaria, neceser completo, papel higiénico, gafas de sol, un chubasquero de capa, dos pantalones finos, unos vaqueros, un bañador, dos camisetas transpirables, dos de algodón, una sudadera de cremallera, chanclas, las deportivas, dos cuadernos y lápices.


Vacunas: tétanos, meningitis, hepatitis, fiebre tifoidea y cólera.


Visados: de un mes en Tailandia y otro para Vietnam (en Camboya se compra al entrar; lo mismo para Laos, Malasia, Singapur e Indonesia).


Compañía: vienen Jenofonte y William Somerset Maugham. El primero me inspirará con su astucia, el segundo me consolará con historias de espías solitarios y observadores. También están los viajeros australianos de "Lonely Planet", exhaustivos, esenciales, y ocho gigas de música muy variada con mucha presencia de bandas sonoras instrumentales.


La sensación: de irrealidad; llevo tantos meses hablando de viajar aquí o allá que todo ese universo mochilero parece pertenecer sólo al mundo de los sueños. Sospecho que cuando llegue a Bangkok con 14 horas de avión encima (incluidos los dos vuelos, primero a El Cairo), y en un segundo me vea rodeado de cien tailandeses ofreciéndome hoteles y taxis, aparecerá un realismo inmediato y crudo lleno de problemas logísticos.

4 comentarios:

  1. Llévate algo de comida envasada que me parece que vas a pasar un hambre...

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  2. es la guerra!! joder Archi, leo el texto y te juro que lo vivo desde tus palabras. no sé, todo es color amarillento, color sudor, color calor. Y en medio de todo tú y tus cojones. no hay más. Adelante..,piensa y da los pasos necesarios. Usa siempre la dosis correcta de raciocinio, junto a la dosis exacta de intuición, pero siempre, siempre, adelante...
    un abrazo

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  3. Sólo me acuerdo de mi llegada a Roma (supuestamente primer mundo), ciudad en la que conocía el idioma, ¡Europa! y sin embargo fue todo tan complicado el primer mes... Sea como sea que el ánimo no decaiga, madre cuánto vas a crecer por dentro. Tu viaje y el mío no tienen mucho que ver pero lo que está claro es que no volverás siendo la misma persona. Todos los besos, los abrazos y el cariño.

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  4. Keep walking, keep talking, keep writing!

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